Residuo y reverso de la función material (sobre “Registros Inversos”)
Toda materia produce una red de significados que soportan su propio acontecer. Aquello que justifica sus condiciones de existencia implica entonces una función ideada respecto a sus cualidades concretas. Así, son sus constantes matéricas las que determinan las nociones posibles con las cuales aquello que presenta características específicas, evoluciona en una compleja red de relaciones. En ese sentido, aquello que se afirma sobre algo, realza versiones que lo vindican y determinan. No es posible negar las características de una roca, por ejemplo, o de las fibras naturales, pues son éstas las que originan una serie de supuestos basados en tal concreción. Lo que sí es factible es la reflexión de aquellas cualidades de la forma, poniendo en juego su desarrollo en un sistema de producción dado. Y si bien muchas otras disciplinas operan desde la crítica al uso material del objeto, es el arte una labor en la que los significantes pueden vaciarse parcialmente y partir, si no de un grado cero —parafraseando acá lo dicho por Barthes acerca de la escritura—, sí desde una experimentación que, al encontrar distintos usos de la materia, pone en entredicho su funcionalidad operativa.
La obra mostrada por Darío Ramírez en “Registros inversos” camina por ese espacio límite entre el producto y su negación. Uno de sus gérmenes es el empleo del residuo, que convierte el impulso de la obra en “huella, ausencia o desmantelamiento” de las formas y la materia de la cual está compuesta. Si bien muchas de las piezas parten de principios diversos (a veces dibujo, otras grabado y tantas más instalaciones de distinta índole), el principio activo es la indagación desde contenedores, raspaduras, o la búsqueda de contornos urbanos en los despojos que han quedado liberados de su cadena productiva. Por ello, dicha revisión experimental indaga más allá de la mera expresividad, como un lenguaje que es heterogéneo, para después revelarse producto de un código de formulaciones propias. Piezas como “Registros inversos” o “Recuperación y pliegue”, hacen referencia a acciones prácticas que determinan el antiguo uso de sus materiales como empaques o envolturas. En la instalación “Arqueología comercial” es más claro lo anterior: se trata de una suerte de maqueta de una ciudad imaginaria, que está lograda por diversas formas moldeadas en papel en embalajes de poliestireno, y luego dispuestas como si se tratara de construcciones. Se trata de una aproximación a los límites de la conformación industrializada que parte desde una observación similar en su operación práctica, pero prolongando sus límites más allá de su espacio de rendimiento y declive.
[César Cortés Vega / curaduría]
